Aquellos que Persisten
Gálatas 6:9 (RVR1960)
"No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos."
En un mundo donde parece más fácil rendirse que resistir, Dios honra a aquellos que persisten. Persisten en amar cuando no son correspondidos, en servir cuando nadie agradece, en orar cuando todo parece en silencio, en creer cuando todo parece derrumbarse.
La persistencia no es ceguera ni terquedad: es fe activa. Es confiar en que el Dios que ve en lo secreto también recompensará en lo abierto. Es creer que cada siembra en lágrimas cosechará en alegría. Que cada paso dado en obediencia —aunque sea con cansancio— tiene propósito eterno.
La persistencia no se basa en la fuerza humana, sino en la gracia de Dios. Es Su Espíritu quien fortalece al débil, quien renueva la esperanza del agotado, y quien levanta al que ha caído mil veces. El enemigo quiere que te detengas, pero Dios dice: “Sigue. Yo estoy contigo.”
Si hoy estás luchando por mantenerte firme, recuerda esto: no estás solo. Cada esfuerzo que haces en el nombre del Señor tiene valor eterno. No dejes que el desánimo robe la cosecha que viene. Hay una gloria reservada para los que no se rinden.
La victoria no es de los más fuertes, sino de los que no se rinden.
Oración:
Señor, cuando me falten fuerzas, recuérdame que Tú eres mi sostén. Dame la gracia de persistir aun cuando no vea resultados inmediatos. Ayúdame a ser fiel en lo poco, confiando en que Tú traerás fruto a su tiempo. En el nombre de Jesús, Amén.
Hebreos 10:36 (RVR1960)
"Porque os es necesaria la paciencia, para que habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa."