“Libres para elegir lo mejor”

1 Corintios 10:23 (RVR1960) “Todo me es lícito, pero no todo conviene; todo me es lícito, pero no todo edifica.

El apóstol Pablo, en esta carta a los corintios, está enseñando un principio esencial de la vida cristiana: la libertad en Cristo. La libertad en Cristo no es licencia para hacer todo, sino responsabilidad para elegir lo mejor. Como creyentes, no vivimos bajo la ley, sino bajo la gracia. Pero Pablo nos recuerda que aunque muchas cosas están permitidas, no todas nos ayudan a crecer espiritualmente ni bendicen a los demás.

Esta enseñanza nos llama a no vivir por impulsos, emociones o deseos, sino a tener un corazón guiado por el Espíritu Santo. Lo que puede ser lícito (permitido), puede no ser provechoso. No todo lo que es aceptado por la cultura actual edifica el alma o fortalece la fe.

Hay decisiones que no son “pecado”, pero pueden enfriar tu comunión con Dios, afectar tu testimonio, o debilitar la conciencia de otros creyentes. Por eso, Pablo nos enseña que el criterio no es solo la libertad, sino el amor y la edificación mutua.

En otras palabras: no se trata solo de lo que puedes hacer, sino de lo que te conviene, lo que edifica, y lo que honra a Dios.La verdadera madurez en Cristo se muestra cuando elegimos lo que edifica, incluso si eso significa renunciar a lo que es permitido. Es dejar de vivir para uno mismo y comenzar a vivir con una conciencia sensible al Espíritu Santo, pensando también en el bien de los demás y en nuestro testimonio como hijos de Dios.

Pablo nos anima a vivir con discernimiento. Antes de actuar, debemos preguntarnos:

  • ¿Esto me acerca o me aleja de Dios?

  • ¿Esto me edifica a mí y a los demás?

  • ¿Es un buen testimonio para otros?

“Ser libre no es hacer lo que quiero, sino tener el poder de elegir lo que honra a Dios.”

Oración: Señor, gracias por la libertad que tengo en Cristo. Enséñame a vivir con sabiduría, buscando no solo lo que está permitido, sino lo que conviene, lo que edifica, lo que te glorifica. Que cada decisión sea guiada por tu Espíritu, y que mi vida sea un instrumento de bendición para los demás. Amén.

Siguiente
Siguiente

"Lo Poco en Manos de Dios"