“Fija tu Mirada en Él”
Hebreos 12:2
"Puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe..."
En medio del ruido, las distracciones y las dificultades de la vida, es fácil desviar nuestra mirada de Dios. Podemos enfocarnos en el problema, en la pérdida, en la rutina, o en lo que nos falta. Pero cuando elegimos volver la mirada a Jesús, todo comienza a cambiar desde adentro. Él no solo es nuestro Salvador, sino también nuestro modelo, guía y sostén.
Fijar nuestra vista en Dios significa centrar nuestros pensamientos, decisiones y emociones en Su verdad. No significa ignorar lo que nos rodea, sino mirarlo todo desde la perspectiva del cielo. Pedro caminó sobre el agua mientras su mirada estaba en Jesús; pero comenzó a hundirse cuando se enfocó en el viento. Así nos pasa también: la fe se fortalece cuando nuestros ojos están en Cristo, y se debilita cuando los desviamos.
Cuando mantenemos nuestra mirada en Dios, recuperamos el rumbo, la paz y el propósito. Descubrimos que no estamos solos, que Él sigue teniendo el control, y que Su poder se perfecciona en nuestra debilidad. Es una invitación diaria: levantar los ojos al cielo, recordar quién es nuestro Padre, y confiar que Él obrará incluso cuando no veamos aún el final.
"Cuando miras a Dios, las circunstancias dejan de tener la última palabra."
Volver tu mirada a Dios no requiere perfección, sino decisión. Apaga un momento el ruido del mundo, abre tu corazón en oración y vuelve a centrarte en Él. Ahí es donde la esperanza renace y el alma se fortalece.
Oración:
Señor, en medio de todo lo que me rodea, quiero volver mi mirada a Ti. Ayúdame a mantenerme enfocado en Tu amor, Tu poder y Tu fidelidad. Que no me distraigan las tormentas, sino que pueda caminar firme, confiando en que Tú estás conmigo. En el nombre de Jesús, Amén.
Isaías 26:3
"Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado."