Cuando el Alma se Siente Cansada

Isaías 40:29-31
"Él da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ninguna. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán."


Hay días en los que el alma se siente pesada. Todo parece monótono: te levantas, haces lo mismo, das lo mejor de ti... y al final del día, te acuestas con esa sensación de vacío, preguntándote si todo tiene sentido. El cansancio no siempre es físico; a veces es del alma. Ese cansancio silencioso que nadie ve, pero que tú cargas a diario.

Pero en medio de esa rutina, Dios sigue presente. Él no está ausente en tu jornada; Él camina contigo, incluso cuando no lo sientes. Él ve tu esfuerzo, tus lágrimas ocultas, tu lucha interna por seguir adelante. Y lo más hermoso es que Él no te exige ser fuerte todo el tiempo. Solo te pide que confíes, que te acerques, que descanses en Él.

Es en esos momentos cuando más necesitas pausar y recordar quién eres y a quién perteneces. No eres solo alguien atrapado en una rutina; eres un hijo amado, un propósito viviente. En lugar de correr sin dirección, detente a respirar en Su presencia. Habla con Él sin filtros. Cuéntale cómo te sientes. No necesitas oraciones perfectas, solo sinceras.

Dios no solo renueva tus fuerzas… Él es tu fuerza. Cada vez que tomas unos minutos para estar a solas con Él, aunque sea en silencio, algo en ti se alinea. Tu mente se aclara, tu corazón se calma, y tu fe se reanima. Esas pausas espirituales no son pérdidas de tiempo; son encuentros de vida. Ahí es donde tu rutina se transforma en propósito y tu agotamiento en adoración.

"Dios no te pide que seas fuerte todo el tiempo; solo que confíes en que Él lo es por ti."

Recuerda: no estás solo. Si hoy estás cansado, rendido o desanimado, no te juzgues. Solo acércate. Dios no te exige que termines la carrera con tu fuerza, sino que camines a Su paso.

Señor, me siento cansado. A veces la vida me pesa y me cuesta encontrar sentido a la rutina. Pero en medio de este cansancio, vengo a Ti. Renueva mi alma, fortalece mi espíritu, recuérdame que mi vida está en Tus manos. Llévame a Tus aguas de descanso, y enséñame a caminar confiado, sabiendo que Tú vas conmigo. En el nombre de Jesús, Amén.

Mateo 11:28
"Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar."


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